DESCUBRIMIENTO DEL MUNDO por Olga L. Dueñas

Nos permitimos pedir disculpas en el retrazo en el envio del documento, pero en realidad esto fue a concecuencia de los problemas que se nos presentaron para subir al blogger y publicarlo muchas gracias,

ATT: ANA S. VILLARREAL Y OLGA LUCIA DUEÑAS C.

DESCUBRIMIENTO DEL MUNDO

Mi familia está conformada por mis dos padres y 5 hermanos, 2 hombres y 3 mujeres conmigo. Como soy la menor, siempre me han consentido y me han dado gusto hasta en las cosas más sencillas.


Mi niñez fue muy hermosa porque gocé del cariño y del amor de toda mi familia. Mis padres, en especial mi mamá disfrutó y gozó la crianza de todos nosotros, porque como nos tuvo tan joven tenía la vitalidad necesaria para jugar con nosotros, para hacer travesuras, picardías, ella era como otra niña más dentro del juego. Mis padres cuentan que desde bebé siempre fui muy callada, tranquila, noble, no lloraba. Por esa época como ya éramos 5 hermanos, mi mamá tuvo que comenzar a trabajar medio tiempo, y podía dejarme al cuidado de mis hermanas mayores porque sabía que ellas no tendrían ningún contratiempo conmigo, hasta que ella llegaba al medio día del trabajo.


Cuando comencé a dar mis primeros pasos, vivíamos en una casa del barrio La Concordia; allí había un gran solar donde podía jugar con mis hermanos y mi gata Danesa. Mi mamá todas las mañanas colocaba un platón lleno de agua a calentar al sol para bañarme, pero en algunas ocasiones yo compartía el baño con mi gata así ésta me arañara. También tuve dos conejos muy bellos llamados Blanca y Pepino, con ambos me divertí hasta que cambiamos de casa y mis padres decidieron regalarlos.


El día domingo iba con toda mi familia a los tanques del acueducto, que actualmente modernizaron para conformar el Parque del Agua. También mi papá nos llevaba al cine a ver películas mexicanas y de vaqueros. Otra actividad que compartíamos en familia era visitar las ferias artesanales o ir simplemente al parque a jugar y comer deliciosos helados.


Siempre jugué en casa con mis hermanos (as) al escondite, a la lleva; jugaba muy bien fútbol con mis dos hermanos barones y nos divertíamos también jugando a karate dándonos patadas, golpes, etc. El solar de la casa era mi lugar favorito porque mi papá había construído un gallinero hermoso donde teníamos alrededor de 20 gallinas de todos los colores; las de mi hermano se llamaban Paulina y La Colorada, las mías eran Blanquita y el gallo Pedro. También tuvimos un sapo enorme llamado Leandro, recuerdo que él saltaba por toda la casa y dormía junto a una imagen de Buda, en una montaña de tierra y piedras que había hecho mi papá. En ese mismo solar mi padre tenía unas dalias preciosas que cuidaba especialmente para mi mamá. Un día decidí hacerle a mi mami un bello arreglo floral con todas las dalias que encontré y a partir de ese momento las plantas se secaron. Hoy en día mi mamá todavía recuerda sus dalias que no volvió a disfrutar por mi pequeña travesura.


Recuerdo que mi proceso lector y escritor comenzó en casa gracias a la ayuda de mi mamá. Me tenía cuadernos y colores exclusivos para que yo garabateara todo lo que quería, pero a mi me gustaba trabajar en la pizarra. Muy sabiamente mi mamá me leía cuentos y me emocionaba al escucharla y al ver las imágenes; luego me enseñó a leer y a escribir a través de los sonidos particulares de las vocales y las letras, siempre con amor, paciencia y por medio del juego.



EL DESENCANTO DE LA ESCUELA


Cuando fui por primera vez a la escuela ( La Concentración Comuneros ), estaba muy emocionada por conocer un nuevo lugar, porque mi mamá me dijo que aprendería cosas interesantes y que tendría otros niños con quienes jugar diferentes a mis hermanos. Pero la realidad fue otra, porque estando en casa mi mamá ya me había enseñado a leer, a escribir, a sumar y a restar, y para mi no existió ningún descubrimiento ni un poco de asombro en este aspecto. Además para mi fue muy desagradable ver que la profesora Nubia de primero le enseñaba a las niñas llenando planas, a punta de gritos y de reglazos, cuando mi mamá me había enseñado con todo el cariño, paciencia, dedicación , creatividad y pedagogía del amor que me supo dar.


En los grados segundo y tercero, tengo presente que no me gustaba hacer las tareas que me implicaran escribir algo en los libros, porque para mi estaba mal el hecho de rayarlos. También recuerdo que cuando me presentaron el proceso de la multiplicación y la división no me interesó aprenderlo. En el solar de mi casa me inventé un juego para la división que consistía en colocar al azar números en el cociente para al día siguiente en clase de matemáticas divertirme con los números que había logrado acertar en las divisiones.


Para iniciar el grado cuarto me cambiaron de escuela, ésta pertenecía a La Electrificadora de Santander. La escuela era pequeña pero bonita, era iluminada, ventilada. Las profesoras siempre estuvieron pendientes de mi porque mi mamá hizo bastante énfasis en mi cuidado debido a que la escuela era mixta. Al comienzo me sentí incómoda con los niños por su forma de hablar, de comportarse, pero ellos eran respetuosos y atentos conmigo. Este cambio de escuela fue muy favorable para mi porque me ayudó a despertarme, a ser más responsable, a ser sociable con personas del otro sexo y lo más importante, volví a sentir motivación e interés por descubrir cosas nuevas.


Luego ingresé a la Escuela Normal de Señoritas de Bucaramanga donde tuve buenas y malas profesoras. La maestra que más recuerdo con respeto y agrado es la Srta. Mery Fuentes. Esta maestra reunía grandes cualidades no solo como docente sino como persona. A través de su exigencia nos mostraba que éramos capaces de asumir cualquier reto porque contábamos con las capacidades necesarias para afrontarlo. Hasta el grado octavo tuve problemas con el inglés, pero con ella aprendí a entenderlo y a quererlo. También a través de sus trabajos lúdicos logró explotar cualidades y talentos para la oratoria, el teatro, la poesía, la narración que eran desconocidos para mi tal vez por mi timidez.


MI MUNDO ACTUAL


La verdad no le dedico mucho tiempo a la lectura y a la escritura. Cuando leo esporádicamente lo hago porque encuentro un tema que para mí sea interesante: puede ser de arte, historia, biología o escritos en inglés. Cuando compro un libro siempre va enfocado al arte en sus diferentes manifestaciones. Hace tres años me afilié a una revista llamada Señales; me suscribí a ésta revista porque trata temas de actualidad económica, política, científica, etc; además algunos textos están escritos en inglés y vienen con su respectiva traducción al español. Esto es lo que más me agrada de la revista, porque me ayuda a perfeccionar el inglés. Otra revista que acostumbro comprar es Speak Up, no es muy conocida pero es excelente. Trae un CD interactivo donde a través de videos, películas, canciones o entrevistas puedo mejorar mi pronunciación, escritura, escucha ,etc.


Confieso que no tengo un sitio adecuado para leer donde tenga tranquilidad, privacidad, espacio, comodidad, porque siempre hay distractores, ruidos, personas o situaciones que no me permiten concentrarme.
Normalmente no visito ninguna biblioteca sino tengo la necesidad de algún tipo de información o libro específico. Cuando tengo un trabajo de la universidad visito la biblioteca.


Para ser sincera soy una mala lectora y escritora, porque solo escribo para casos como el de su materia, o para proyecto comunitario o para el anteproyecto, donde me cuesta trabajo reflexionar, interiorizar y conceptualizar para posteriormente escribir lo que pienso. Creo
que tengo más habilidad para escribir, para redactar las ideas, para manejar la ortografía y los signos de puntuación, pero en cuanto a lectura mis debilidades se marcan en la falta de
motivación, de propósito de la lectura y en la profundización de la comprensión.


Para mejorar mis debilidades pienso que debo vitalizar la actividad lectora, interactuando en otros espacios o dentro de grupos culturales que sean de mi interés, para avanzar en otras practicas significadoras. También para aquellos temas que parecen obvios, siempre tienen muchos campos para tratar, hay que pensar que ese tema tan obvio puede ofrecer información más ampliamente. Me parece importante que para vitalizar mi acción lectora requiero de espacios de vida, donde pueda compartir mis significados construidos en esta actividad solitaria de la relación con el texto. Este espacio me permitirá no solo comprender mi relación como lectora, sino afianzar o movilizar mis propias construcciones de sentido. Así lograré ver el texto no solo con mis ojos, sino con muchos otros que enriquezcan mi relación lectora.




Olga Lucía Dueñas Cacua